Los festivales de cine despiertan siempre un entusiasmo genuino entre la comunidad cinematográfica. Al día de hoy son MUCHOS los festivales que tienen lugar a lo largo y ancho del mundo, ocupando cada día de la agenda anual con sus múltiples actividades. Tan sólo en México, actualmente tenemos más de 80, y no exagero al asegurar que hay de todo y para todos los gustos: festivales de cine independiente, de cine universitario, de cine mexicano, de cine extranjero, de cine digital, de cine documental, de cine con perspectiva de género, de cine de terror, de cine experimental, de cine con temática homosexual, de cortometrajes y un largo etcétera.
A pesar de esta gran diversidad, son pocos los festivales que realmente logran consolidarse y demostrar su relevancia en este ámbito. El número de festivales cinematográficos que nacen año tras año y que mueren apenas en su primera o segunda edición es muy considerable.
Pero dentro de ese universo festivalero que nos rodea, hay sólo un rey indiscutible. El festival al que todos deben “parecerse” en mayor o menor medida. El festival que dicta las tendencias, que nos presenta el cine del que estaremos hablando el resto del año (y del que se nutrirán muchos otros festivales y muestras) y que siempre atrae a los cineastas, productores, compradores y distribuidores más importantes del mundo. En el centro de todo está el festival de Cannes, y alrededor de él, giran los demás.
El bien llamado “mejor festival de cine del mundo” acaba de finalizar este domingo su edición número 67. Cannes no es el festival de cine más antiguo, ese título lo tiene Venecia (que este año cumple 71 ediciones), otro de los festivales más importantes y nombrado de “Clase A” por a Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Cine (FIAPF), junto a otros grandes como Berlín y San Sebastián.
En fin, que esta recién concluida edición 2014 de Cannes resaltó como siempre por varias cosas: primero, una Selección Oficial de cuestionable calidad en mayor parte, un Godard de 83 años mostrando la película más novedosa de la competencia, un canadiense de apenas 25 años (Dolan) siendo ovacionado por su película “Mommy”, un palmarés muy complaciente (con apenas un par de sorpresas), y claro, ¡la ausencia de México en las secciones principales!
México ha tenido una participación importante en el festival de Cannes desde hace mucho tiempo. ¿Cuánto? ¡Desde su primera edición! En 1946, cuando nace el festival de Cannes, la cinematografía mexicana vivía un gran momento y era la más importante en el idioma español. Ese año la película “María Candelaria”, el clásico de Emilio “el Indio” Fernández, protagonizado por Dolores del Río, fue la representante de nuestro país.
Otro gran protagonista representante de México en Cannes fue Luis Buñuel, quien presenta por primera vez en el festival francés, en 1951, la estupenda “Los olvidados”, por la que obtiene el premio al mejor director. Diez años después (en 1961), su película “Viridiana”, protagonizada por Silvia Pinal, recibe la Palma de Oro.
Y de ahí nos vamos hasta 1994, cuando Carlos Carrera gana la Palma de Oro de cortometraje por “El héroe”. En 2005, Guillermo Arriaga obtiene el premio al mejor guion por “Los tres entierros de Melquiades Estrada”, de Tommy Lee Jones. En 2006, Alejandro González Iñárritu es reconocido como el mejor director por “Babel”, mientras “El violín”, presentada en la sección Un Certain Regard, le da a Ángel Tavira el premio de interpretación masculina.
En 2007, “Luz silenciosa” de Carlos Reygadas obtiene el Premio del Jurado y el cortometraje “Ver llover”, de la mexicana (entonces aún estudiante del CCC) Elisa Miller, gana la Palma de Oro.
“Año bisiesto” de Michael Rowe recibe la Cámara de Oro a la mejor ópera prima de Cannes en 2010. “Después de Lucía” se alza con el premio Un Certain Regard en 2012, y Carlos Reygadas es premiado como mejor director por “Post tenebras lux”.
Apenas el año pasado, el guanajuatense Amat Escalante logra también el premio al mejor director por “Heli” (dos premios de dirección consecutivos para México), y “La jaula de oro”, de Diego Quemada-Díez, el premio al mejor reparto.
Una buena racha, ¿no? Pero bueno, no puede ser así siempre. Este año la presencia de México se mantuvo muy al margen, lejos del reflector principal, principalmente limitada a actividades de industria en Le Marché du Film (proyecciones para compra-venta de películas, contratos de distribución y/o coproducción, etc.) y al parecer algunos cortos en el amplísimo catálogo del Short Film Corner. La participación más relevante, que en broma con mis amigos vimos casi como “premio de consolación”, fue la de Gael García como miembro del Jurado principal y Daniela Michel, directora del Festival Internacional de Cine de Morelia (el más importante de por acá) como parte del jurado en la sección Semana de la Crítica.
El festival de Cannes 2014 ha quedado atrás, y para nosotros los mortales que no visitamos ese paraíso, no nos queda más que esperar a que las joyitas allá presentadas se vayan acercando poco a poco a México en los próximos meses, ya sea a través de distribución en salas, festivales (Morelia prácticamente trae lo mejor de Cannes en octubre) o muestras. Nosotros, los cinéfilos, seguiremos con los ojos puestos en la Riviera francesa por mucho, MUCHO tiempo más.
Columna para Guanajauto Informa